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Una mañana de diciembre, Casa Hochfelden
Región de Europa
Señor, te imploramos: mira tantas personas y naciones que viven en la "oscuridad y la sombra de la muerte".
La seguridad ha sido destrozada, la ley y la justicia están siendo pisoteadas, los gobernantes ponen en riesgo la libertad y la vida de innumerables personas. Imágenes de sufrimiento incomprensible, violencia y destrucción nos persiguen día y noche.
Señor, anhelamos tu luz y tu paz, una paz que el mundo no puede obtener. ¡Señor, te extrañamos!
En estos días de Adviento, no ignoremos la voz de San Juan: ¡Arrepiéntanse! ¡Preparen el camino para el Señor en el desierto!
Señor, tu camino es el camino de la paz, dirige nuestro caminar. Tu camino, es el camino que no responde a la injusticia con injusticia, ni a la violencia con violencia. Es el camino de la esperanza, el camino del amor. Es el camino en el que te encontramos, en el que brilla tu estrella para nosotros. Es el camino en el que escuchamos el mensaje de tus ángeles "No teman" y "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los de buena voluntad con los que Dios está complacido."